AHORA ME TOCA A MÍ
Prosa.
Hace mucho mucho tiempo, en un lugar muy lejano, vivía un caballero que estaba enamorado de la princesa del reino; algunas veces, el joven, se acercaba con su caballo negro a las murallas del palacio del reino e imaginaba su vida casado con la bella princesa. Pero todos sabían que el rey había comprometido a la princesa con un malvado príncipe.
Todos los habitantes del pueblo querían mucho al caballero, ya que era considerado un héroe que había salvado al reino en numerosas ocasiones de sus enemigos; por eso, a nadie le gustaba ver tan apenada a una persona que había hecho tanto por todos ellos.
Un día, el herrero del reino, que era el mejor amigo del caballero y una persona muy popular, decidió idear un plan con el que conseguir que el rey cambiase de opinión; de esta forma, fue a hablar con el fraile del pueblo y juntos pensaron la manera de conseguir que el rey cambiara su punto de vista. De esta forma el caballero y la princesa seria felices para siempre.
Un campesino que trabajaba para el reino al oírles les contó una pequeña vivencia que les podría servir. El fraile y el herrero escucharon atentamente al hombre, que les dijo que en uno de los reinos vecinos, los reyes no habían tenido una descendencia que heredase el territorio; por lo que, cuando fuesen demasiado ancianos para gobernar, el pueblo y sus habitantes quedarían desprotegidos.
Haciendo caso de la historia del campesino, el fraile y el herrero se fueron al reino vecino para contarle la historia al rey y proponer a su amigo como sucesor; entonces, los dos amigos contaron al rey todo lo que había hecho por el reino, rey aceptó cederle la corona cuando su edad no le permitiese gobernar de forma justa.
El fraile y el herrero regresaron para contarle la noticia a su querido amigo; y juntos se dirigieron al palacio para informar al rey de su pueblo. El rey, decidió aceptar la propuesta; así que canceló el anterior enlace de su hija y comenzó los preparativos de la futura boda, pero…
¡¡Seguía habiendo un problema!!
Una vez más, nadie había contado con la opinión de una princesa que, harta de que los hombres decidiesen por ella y cansada de que no se tuvieran en cuenta sus sentimientos; se negó a aceptar al joven héroe por esposo.
Pese a los intentos del rey por la princesa pero ella no quería porque no estaba enamorada; fue entonces cuando todos los habitantes del reino se temieron lo peor..
Pero no fue así, y el valiente joven, consciente de la falta de sensibilidad que habían tenido todos con la princesa, decidió ir a visitarla para que la princesa pudiera conocerle; y con esa primera visita, el caballero consiguió intrigar muchísimo a la princesa, que le pidió que regresara al día siguiente.
Así, los dos jóvenes comenzaron a verse todos los días y a conocerse mucho más; empezaron a sentir grandes sentimiento el uno del otro; y esos sentimientos se convirtieron en amor, y comenzaron a planear juntos su boda a la que estarían invitados los habitantes de los dos reinos que en un futuro gobernarían…
Verso.
APRENDE
Contigo aprendí
a hallar sonrisas al triste
y amar al que mas lo necesite.
Aprendí, a vivir en un mundo
lleno de sueño,
en el que la magia sea mi consuelo.
Contigo aprendí, que la vida es una poesía
y que el amor es un bálsamo
que cura heridas.
Aprendí, a tocar el cielo
y sentirme entre las nubes,
a volar de tu mano,
por espacios dorados
y admirar una rosa
ignorando la espina.
Contigo aprendí, que el día no acaba
si estás a mi lado
y las noches eternas
se sienten sin tí,
que mis labios te tocan
con solo pensarlo
y no hay mas ternura
que tu mirada en mí.
Aprendí, el idioma de las caricias,
la importancia de los gestos
y el poder de las palabas.
Contigo aprendí, que los ojos tb abrazan,
que las manos tb besan,
que una lágrima no es siempre pena
o que la pena no se expresa en lágrimas.
Aprendí, que dejar volar
la imaginación no es solo para niños,
que puedo volver a creer en los valores perdidos.
Contigo aprendí, el verdadero significado de amar,
porque amar es entregarse completamente,
sin reservar una caricia
porque el otro no la da.
Aprendí, que el cielo se completa,
volviendo a comenzar parada en una estrella.
Contigo aprendí, a no callar el alma,
decir lo que me pasa,
sin temor al mañna.
A levantar los sueños
con alas de esperanza,
a estar siempre completa
mirándote a la cara.
Lo malo vida mía,
sabiendo que si caigo algún día,
mi mano extenderé
y tú de donde sea,
me vas a socorrer.
NIÑOS
Un niño es
Un ser querido
Un pequeño amigo
Un adicto a mentira
Una persona sin empatía
Un niño es
Un Curioso
Una persona divertida
Una persona graciosa
Un candado a la familia
Un niño es.
Diálogo teatral.
Después de haber pasado una noche fuera de su casa el Señorito Álvaro y habiendo estado bebiendo, bailando y demás acciones relacionadas con la fiesta Toledana; llegó a su casa cuando su abuela Doña Juana se encontraba fregando los suelos de la antigua casa.
Nyeeeeiiick (puerta abriéndose).
Doña Juana: ¿Pero hermoso de donde vienes a estas horas? (preguntó con resignación).
Señorito Alvaro: “De en cá Mora, de dar de comer a las borricas”.
Doña Juana: Bueno, bueno mozo mio si yo te mandara a dar el pienso a las gallinas no habrías querido levantarte tan pronto.
Desde dentro de la casa suena la voz de Don Paco, el marido de Doña Chon hija de de Doña Juana y padre del señorito Álvaro.
Don Paco: Trae pa cá a ese delincuente. Que nos ve tan cazurros de creernos sus sandeces.
Doña Juana: Corre hijo mio que cuanto mas tarde peor será la regañina a caerte. Que cabalito tiene un día malo vuestro padre (dirigiéndose al señorito Álvaro).
Don Paco: ¿De echar de comer a las borricas dices que vienes?
Señorito Álvaro: Si padre (contesta a su padre desde la puerta del gran salón)
Don Paco: ¡Ahora te voy a echar yo de comer a ti…! ¡Desgraciaó! ¡Que más sabe el diablo por viejo que por diablo! Veros a tu habitación que ahora iré yo. (le gritó muy a viva voz)
Doña Juana: “Ya sabia yo que estar todos juntos un verano no iba a ser bueno…” (dice doña para sí misma).
El Señorito Álvaro llega a su habitación donde se encuentra su madre (Doña Chon).
Doña Chon: “Pero hombre niño, ¿cómo nos engañas así a toda la familia?” ¡que hay días tontos y tontos tos los días…!
Don paco aparece en la habitación, junto a su mujer y su hijo.
Don Paco: Ma llamaó la Flora “La del pienso” Y que este sinvergüenza (dirigiéndose al señorito Álvaro) ha dicho a su hija, la Señorita Rocio, una burrada de las suyas, esta misma noche. ¡vamos que mas que echar de comer a las barricas quería echar de comer al conejo…!
Doña Chon: ¿Qué has dicho a esa pobre muchacha Álvaro y no nos digas otra sandez?
Señorito Álvaro: Que… “Me rebozaría en sus pechos como un guarro en un barbecho”.
Don Paco: ¿Eso la has dicho? ¿Y te gusta esa mozicá?
Señorito Álvaro: Si y Si padre.
Don Paco: Perdóname hijo. Es lo más bonico… que se puede decir a una moza. Vete en cá Mora, coge a una de sus borricas y tráela pa cá. Que vamos a ir a casa de Doña Flora a pedir mano a la Señorita Rocio como esta mandó. ¡Vamos a vestir a la borrica de gala!
Señorito Álvaro: Gracias padre la diré que… “eres más bonica… que un remolque recién pintaó”
Prosa.
Hace mucho mucho tiempo, en un lugar muy lejano, vivía un caballero que estaba enamorado de la princesa del reino; algunas veces, el joven, se acercaba con su caballo negro a las murallas del palacio del reino e imaginaba su vida casado con la bella princesa. Pero todos sabían que el rey había comprometido a la princesa con un malvado príncipe.
Todos los habitantes del pueblo querían mucho al caballero, ya que era considerado un héroe que había salvado al reino en numerosas ocasiones de sus enemigos; por eso, a nadie le gustaba ver tan apenada a una persona que había hecho tanto por todos ellos.
Un día, el herrero del reino, que era el mejor amigo del caballero y una persona muy popular, decidió idear un plan con el que conseguir que el rey cambiase de opinión; de esta forma, fue a hablar con el fraile del pueblo y juntos pensaron la manera de conseguir que el rey cambiara su punto de vista. De esta forma el caballero y la princesa seria felices para siempre.
Un campesino que trabajaba para el reino al oírles les contó una pequeña vivencia que les podría servir. El fraile y el herrero escucharon atentamente al hombre, que les dijo que en uno de los reinos vecinos, los reyes no habían tenido una descendencia que heredase el territorio; por lo que, cuando fuesen demasiado ancianos para gobernar, el pueblo y sus habitantes quedarían desprotegidos.
Haciendo caso de la historia del campesino, el fraile y el herrero se fueron al reino vecino para contarle la historia al rey y proponer a su amigo como sucesor; entonces, los dos amigos contaron al rey todo lo que había hecho por el reino, rey aceptó cederle la corona cuando su edad no le permitiese gobernar de forma justa.
El fraile y el herrero regresaron para contarle la noticia a su querido amigo; y juntos se dirigieron al palacio para informar al rey de su pueblo. El rey, decidió aceptar la propuesta; así que canceló el anterior enlace de su hija y comenzó los preparativos de la futura boda, pero…
¡¡Seguía habiendo un problema!!
Una vez más, nadie había contado con la opinión de una princesa que, harta de que los hombres decidiesen por ella y cansada de que no se tuvieran en cuenta sus sentimientos; se negó a aceptar al joven héroe por esposo.
Pese a los intentos del rey por la princesa pero ella no quería porque no estaba enamorada; fue entonces cuando todos los habitantes del reino se temieron lo peor..
Pero no fue así, y el valiente joven, consciente de la falta de sensibilidad que habían tenido todos con la princesa, decidió ir a visitarla para que la princesa pudiera conocerle; y con esa primera visita, el caballero consiguió intrigar muchísimo a la princesa, que le pidió que regresara al día siguiente.
Así, los dos jóvenes comenzaron a verse todos los días y a conocerse mucho más; empezaron a sentir grandes sentimiento el uno del otro; y esos sentimientos se convirtieron en amor, y comenzaron a planear juntos su boda a la que estarían invitados los habitantes de los dos reinos que en un futuro gobernarían…
Verso.
APRENDE
Contigo aprendí
a hallar sonrisas al triste
y amar al que mas lo necesite.
Aprendí, a vivir en un mundo
lleno de sueño,
en el que la magia sea mi consuelo.
Contigo aprendí, que la vida es una poesía
y que el amor es un bálsamo
que cura heridas.
Aprendí, a tocar el cielo
y sentirme entre las nubes,
a volar de tu mano,
por espacios dorados
y admirar una rosa
ignorando la espina.
Contigo aprendí, que el día no acaba
si estás a mi lado
y las noches eternas
se sienten sin tí,
que mis labios te tocan
con solo pensarlo
y no hay mas ternura
que tu mirada en mí.
Aprendí, el idioma de las caricias,
la importancia de los gestos
y el poder de las palabas.
Contigo aprendí, que los ojos tb abrazan,
que las manos tb besan,
que una lágrima no es siempre pena
o que la pena no se expresa en lágrimas.
Aprendí, que dejar volar
la imaginación no es solo para niños,
que puedo volver a creer en los valores perdidos.
Contigo aprendí, el verdadero significado de amar,
porque amar es entregarse completamente,
sin reservar una caricia
porque el otro no la da.
Aprendí, que el cielo se completa,
volviendo a comenzar parada en una estrella.
Contigo aprendí, a no callar el alma,
decir lo que me pasa,
sin temor al mañna.
A levantar los sueños
con alas de esperanza,
a estar siempre completa
mirándote a la cara.
Lo malo vida mía,
sabiendo que si caigo algún día,
mi mano extenderé
y tú de donde sea,
me vas a socorrer.
NIÑOS
Un niño es
Un ser querido
Un pequeño amigo
Un adicto a mentira
Una persona sin empatía
Un niño es
Un Curioso
Una persona divertida
Una persona graciosa
Un candado a la familia
Un niño es.
Diálogo teatral.
Después de haber pasado una noche fuera de su casa el Señorito Álvaro y habiendo estado bebiendo, bailando y demás acciones relacionadas con la fiesta Toledana; llegó a su casa cuando su abuela Doña Juana se encontraba fregando los suelos de la antigua casa.
Nyeeeeiiick (puerta abriéndose).
Doña Juana: ¿Pero hermoso de donde vienes a estas horas? (preguntó con resignación).
Señorito Alvaro: “De en cá Mora, de dar de comer a las borricas”.
Doña Juana: Bueno, bueno mozo mio si yo te mandara a dar el pienso a las gallinas no habrías querido levantarte tan pronto.
Desde dentro de la casa suena la voz de Don Paco, el marido de Doña Chon hija de de Doña Juana y padre del señorito Álvaro.
Don Paco: Trae pa cá a ese delincuente. Que nos ve tan cazurros de creernos sus sandeces.
Doña Juana: Corre hijo mio que cuanto mas tarde peor será la regañina a caerte. Que cabalito tiene un día malo vuestro padre (dirigiéndose al señorito Álvaro).
Don Paco: ¿De echar de comer a las borricas dices que vienes?
Señorito Álvaro: Si padre (contesta a su padre desde la puerta del gran salón)
Don Paco: ¡Ahora te voy a echar yo de comer a ti…! ¡Desgraciaó! ¡Que más sabe el diablo por viejo que por diablo! Veros a tu habitación que ahora iré yo. (le gritó muy a viva voz)
Doña Juana: “Ya sabia yo que estar todos juntos un verano no iba a ser bueno…” (dice doña para sí misma).
El Señorito Álvaro llega a su habitación donde se encuentra su madre (Doña Chon).
Doña Chon: “Pero hombre niño, ¿cómo nos engañas así a toda la familia?” ¡que hay días tontos y tontos tos los días…!
Don paco aparece en la habitación, junto a su mujer y su hijo.
Don Paco: Ma llamaó la Flora “La del pienso” Y que este sinvergüenza (dirigiéndose al señorito Álvaro) ha dicho a su hija, la Señorita Rocio, una burrada de las suyas, esta misma noche. ¡vamos que mas que echar de comer a las barricas quería echar de comer al conejo…!
Doña Chon: ¿Qué has dicho a esa pobre muchacha Álvaro y no nos digas otra sandez?
Señorito Álvaro: Que… “Me rebozaría en sus pechos como un guarro en un barbecho”.
Don Paco: ¿Eso la has dicho? ¿Y te gusta esa mozicá?
Señorito Álvaro: Si y Si padre.
Don Paco: Perdóname hijo. Es lo más bonico… que se puede decir a una moza. Vete en cá Mora, coge a una de sus borricas y tráela pa cá. Que vamos a ir a casa de Doña Flora a pedir mano a la Señorita Rocio como esta mandó. ¡Vamos a vestir a la borrica de gala!
Señorito Álvaro: Gracias padre la diré que… “eres más bonica… que un remolque recién pintaó”